Y que siempre nos quedará París, aunque la lluvia del último febrero haya borrado las huellas. Supongo que volver allí nunca será lo mismo si no está esa especie de "halo" tan característico que lo protegía todo. Que nos protegía y que os está protegiendo (y que me alegra y me enfada a la vez, a partes iguales).
Espero que el invierno más frío de la historia no te haya congelado por dentro. Ya sabes, supongo que si tú te congelas no sé qué nos queda a los demás.
Feliz cumpleaños.
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