"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

lunes, 5 de agosto de 2013

En letras mayúsculas y gigantes.

Sé que su color favorito era el azul y su número preferido era el siete; sé que adoraba diciembre y nunca me contó por qué; sé que amaba la música y que odiaba que la viesen sin maquillar; sé que le gustaba ir a la playa los primeros quince días de agosto y que cuando quería se dejaba la piel pero le duraba poco; sé que se llegó a imaginar la vida sin su madre y sé que ese desastre le frenó lo pies; también sé que le faltó tiempo para volver a atacar y que destrozó todas las vidas que tenía cerca; sé que un día quiso arrasar con su equilibrio y se terminó cayendo (y me tiró con ella); sé que junio le dolía tanto como a mí y que las fotografías nunca consiguió borrarlas. Sé que se acuerda de mí y sé que el 31 de diciembre no ha vuelto a ser igual; sé que pensó que el día que se fuera sería porque el mundo iba realmente mal y sé que llegó a creer que el mundo iba realmente mal. Al igual que sé que algunas de sus letras favoritas llevan mi nombre y que febrero le recuerda a mí. Sé que siempre llenará su cama con cualquiera cuando esté sola y recordará el día que fuimos insuperables; también sé que ella dijo que éramos uña y carne y que no supo controlarlo. Sé que llegó a creerse tan gigante que dejó de verme; sé que echa de menos la comida de mi madre y el olor de su coche; sé que sabe que no puedo odiarla y que hay cosas que no se superan. Sé que para ella mi nombre siempre seré yo, que el color verde esconde mi historia y que el veinticuatro le habla de mí. Sé que recuerda a mis héroes, mis batallas, mis ahogos y mis promesas. Sé que a veces suena el teléfono y piensa en las tardes eternas colgadas a él, sé que no ha vuelto a discutir como aquella vez y sé que sabe que lo sé todo. Sé que los conciertos ya no suenan igual y que los veranos han perdido un poco de color. Sé que hay lugares que llevan nuestras huellas y que otros no saben ni que existimos; sé que vive al cruzar la avenida que separa nuestro mundo y que nunca la volveremos a cruzar. Sé que no está y que sabe que no estoy. Sé que odia los tacones y adora los vestidos y no conoce el libro de su vida (todavía) y le gusta reírse y llorar a partes iguales. Sé que un día se arrepintió y no lo intentó. Sé que la Teoría del Óvalo nos volverá a unir constantemente cada X años y que falta poco para que vuelva a pasarse por aquí. Sé que hace un año volvió a pensar que perduraríamos y que el fútbol sin nosotras ya no sabe igual. Sé que su memoria no borra París y que cuando mira el reloj y es la 1:10 se le aparecen mis ojos en la retina de los suyos. Sé que sigue soñando con que la Torre Eiffel es un gigante que nos llega por las rodillas y que una vez nos abrazamos y creamos el universo. Sé que sabe que no volveré a escribir sobre ella durante una temporada y que su nombre dejó de salir en mis conversaciones. Sabe que recuerdo al amor de su vida y sé que recuerda el amor de mi historia. Sé que las letras mayúsculas le hacen pensar en nuestras últimas horas y que los servicios del final del pasillo hablan del día que la miré y le dije "no me mires que me pongo a llorar" y me puse a llorar porque no dejaba de mirarme. 

Sé que sabe que me hizo un agujero en el pecho y no hay manera de taparlo. 

2 comentarios:

  1. Impresionante. Quería dejarte algo más, pero es tan precioso... Supongo que sólo puedo decir que gracias por compartirlo.

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  2. ¿Estás segura de que lo sabe?
    "Sé que no está y que sabe que no estoy." Quizás si se lo recuerdas, podríais volver a estar.

    Un abrazo enorme.

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