"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

lunes, 4 de julio de 2016

Viaje en coche desde la playa

Creo que no se daba cuenta de la situación.
Yo estaba dispuesta a dejar toda la vida que había conocido hasta entonces para subirme en el primer avión en oferta y empezar algo nuevo donde ni siquiera tenía oportunidad. Y todo por quedarme con él. Siempre lo he tenido bastante claro.
Qué íbamos a hacer sin nosotros. Tú sin mí. Yo sin ti.
Estaba dispuesta a invertir todos mis ahorros en un mundo desconocido que nunca había entrado en mis planes. En mi futuro no estaba acordado cerrar la maleta e irme contigo, a probar suerte. Lo repetiría cada vida si el resultado es compartir nuestra vida.
El miedo está llegando a puntos impensables: pesadillas, distancias, silencios. En general no sé qué decir ni cómo actuar. A veces lloro, a veces no hablo porque no tengo nada que decir. Otras veces hago como que escucho aunque no haya entendido ni una sola palabra. Ayer el miedo me hizo creer que te ibas sin mí, que no habías comprendido nada de nosotros y que para mí esto era tan sencillo como sumar.
Dejo mi vida entera por ti. Solamente por ti.
Estoy apostándolo todo por ti.
Ojalá nunca sientas este miedo, el pánico o la sensación de tus manos y tus piernas paralizándose. Tu boca bloqueada, tus ojos congelados.
Apuesta por mí.
Por favor.