"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

viernes, 13 de octubre de 2017

Berth: brillo, resplandor

Escucho cómo te ríes a través de las paredes de papel. 
No tuvimos más remedio y por eso llegamos hasta aquí. 

No hemos entendido en qué momento el cúmulo de decisiones fallidas nos llevó hasta estas coordenadas, hasta esta casa vacía que se ha llenado con nuestras vibraciones, manteniendo nuestra energía: la energía de dos cuerpos que han colisionado convirtiendo la fragilidad en una fuerza superior. Desde la primera casualidad que se acercó a nosotras hasta la última palabra que acabamos de pronunciar antes de que cerrases la puerta y pensáramos que mañana otra vez. Siempre otra vez.

Eres como la respuesta a todo lo que vino antes y estamos llegando tan lejos que no consigo imaginarme otra rutina mejor. Estamos llegando tan lejos que ni siquiera recuerdo en qué momento exacto empezó todo lo que tenía que venir, en qué momento me senté en tu cama y pensé que me apetecía quedarme una temporada sin preocuparme por lo que vendría después. 

Eres la base necesaria para que resistamos a lo que sigue llegando. 
La excusa perfecta para volver cada noche, para no moverme de aquí.