"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Y a ti no te ha pasado alguna vez que cuando está la habitación a oscuras buscas su boca y la encuentras a la primera? Que quizás te desvían unos milímetros pero por inercia, por instinto o por lo que sea sabes perfectamente dónde está su boca. Entonces, ahí, te das cuenta de que lo conoces mejor que a ti misma, de que lo conoces más de lo que jamás habías imaginado. 
Y que lo quieres por aquella vez que durmió incómodo sólo por no darte la espalda, que lo quieres por todas las veces que ha aparecido sólo para acompañarte a tal sitio o a tal otro. Lo quieres porque nunca ha preguntado por las cosas que pueden dolerte, porque tienes un millón de defectos y aún así sigue ahí... cada día, todos los momentos.


Fueron los mejores años de mi vida.


martes, 29 de noviembre de 2011

Me pregunto cuántas personas se habrán separado tras jurarse amor eterno con un candado como representante en el Puente Milvio. ¿Cuántas llaves de esos candados se las habrá llevado el río y cuántas otras se habrán oxidado en su fondo? Quizás incrédula, cínica, fría o estúpida, pero un simple candado con unos nombres no es capaz de retener unidas a las personas, al amor. Es sólo un candado, algo cerrado, nada más.

Héroes.

"Hacedme caso, recordad este momento. Guardad los olores, la sensación del sol que quema y el agua que os salpica en la espalda... Los amigos. Todo esto cambiará, pasarán los años, las tardes serán más cortas y cada vez os costará más encontrar momentos mágicos. No tengáis prisa en haceros mayores. Hacedme caso, algún día el recuerdo de este momento os puede salvar la vida."

Era muy bonita.

Aparecías sentada, con tu sonrisa en la cara, tu dulzura. Estabas enferma y me cogías la mano... yo no te soltaba. Nos decíamos la una a la otra que sabíamos que te irías pronto y tú me repetías que no te soltase la mano porque quizás iba a ser la última vez que nos viésemos... 
Ha sido demasiado real. Estabas tan guapa... 
Es la primera vez que te recuerdo en un sueño desde que no estás. Te echo de menos.