"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

sábado, 16 de marzo de 2013

Todo definido.

Lo que sucede es que todas las personas avanzan, se unen y saben hacia dónde van y qué necesitan. Se unen a otras personas y tú te resistes a cambiarlas cuando ellas ya han decidido cambiarte. Y sí, afirman que te necesitan pero no es así. Claro que no es así. Nadie te necesita, tú siempre decías que todos somos prescindibles sin pensar que tú también lo eres. No llevas el cartel de especial colgado en la frente ni tus ojos desprenden una magia nunca vista antes. Pueden vivir sin ti y tú sin ellos, o casi que sin ellos. Casi. La única persona que conseguía que no estuvieras sola, la arrojas. Y ahora no sabes dónde está. Ni con quién va de la mano ni siquiera piensas que se acuerde de ti. Es un poco patético que la persona que hacía girar tu mundo, quizás, no se acuerde de ti y, todavía, le regalas las lunas. 

El caso es que ellas siguen avanzando, llenan los bares, son las reinas de diferentes mundos y van hacia delante, paso a paso, poco a poco. Algo así. Y no te avisan, no aparecen, no llaman. No están. Si leen esto o si preguntan te dirán que sí, que claro que están, por supuesto. Y tú contestarás que sí, que es verdad, "perdón". Y volverán a no estar.

Te has jurado que nunca más volverías a esta situación, que esos años ya han pasado, ahora sabes dónde están los (no) límites y sabes que todo está definido. Te equivocabas, otra vez. Todo estaba definido. Pero ahora no hay nada, absolutamente nada. Ahora sólo estás tú, como siempre. Siempre contigo y encima perdida. Así que sería más correcto decir que estás casi siempre contigo. Casi, ese maldito casi que consigue que nada esté lleno del todo. Y por eso estás vacía, no hay nada dentro. 

La cosa era que las personas prescindibles eran mas imprescindibles de lo que pensabas y por eso estás cada mañana más sola y cada día menos contigo que es lo mismo que estar sin ti. 

Y no quieres a nadie nuevo porque te da miedo que aparezca la palabra fin y te da miedo empezar una nueva vida sin esas personas y volver a querer a personas con nombres diferentes y te da miedo que todos estos años estén desapareciendo por las vueltas de la vida. Tú misma dijiste que estabas acostumbrada a decir adiós, que todo llega, que nada dura eternamente y que madurar es saber enfrentarse a estas situaciones de la vida. Pero la teoría es muy sencilla, como siempre. Y ahora, ante la práctica, sólo sabes llorar todos los días porque sabes que estás volviendo a perder. Siempre acabas perdiendo, ni una victoria. Ni una. 

Corre o empezarán a preguntar y vas a tener que inventar otra de tus historias para que no vean que tú entera eres tu propio punto débil y podrían jugar muy en tu contra o ayudarte. Pero a ti te sienta mejor pensar que quieren hacerte daño y así no perder el punto fatalista que te crea todas esas pesadillas. 

Y dirías que ayer tuviste otro sueño con él pero los sueños tan reales son pesadillas. Te traicionan. Crees que, por fin, has conseguido lo que tantos años llevas buscando y de repente... ¡zas! No hay nada. Estás muerta de calor, sudando, en tu cama y preguntándote dónde está. Y él no está. Te olvidó. No ha dejado a nadie para cogerte la mano, ni te ha besado, ni se ha ido contigo, ni te ha abrazado ni ha vuelto. Y no ibas a contarlo por si se cumplía. Por si. Y si. Si. Sí. 

No eres tan valiente. 

1 comentario:

  1. Suelo decir que no quiero a nadie nuevo en mi vida por "pereza", pero lo cierto es que me da miedo pero eso tú ya lo sabes.
    Y el último párrafo y la última frase han acabado de romperme, como siempre haces, y lo peor de todo es que casi me gusta.
    Necesit(am)o(s) menos preguntas y más respuestas, y no se dónde buscarlas.

    ResponderEliminar