Azul, te sigo echando de menos. Y sé que no hablo de ti y que no lloro, pero te echo de menos. De verdad de la buena. Te lo prometo. Y me acuerdo todos los días de ti. Y sigo odiando el 17. Y sigo mirando al cielo todos los días. Y no creo en Dios. Ni en una segunda vida. La vida es esto y fin. Pero sé que estás por ahí, no sé dónde... Pero estás. Y eso es suficiente. Y te quiero. Te quiero mucho. De verdad que te quiero. Voy a tener ochenta años y seguiré queriéndote.
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