Me pregunto cómo tengo los cojones y la poca vergüenza de echarte de menos, de querer estar contigo toda la vida, de entregarte hasta el último rincón de mi cuerpo, de seguir pensando que puedes contar conmigo para siempre, de contar contigo, de pensarte todos los putos y jodidos días y todas las malditas noches que se hacen eternas sin tu compañía.
Me pregunto cómo no tengo los cojones y la mucha vergüenza de no ponerme a olvidarte, pero de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario