"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Frágiles.

Y me subes al taxi y allí te quedaste tú. En mitad de la noche, pelándote de frío viendo cómo se escapaba la única persona a la que no te perdonarías perder; entonces no lo sabías. Simplemente creíste que podías arrojarme al montón de los besos robados. No te culpo: yo siempre pensé lo mismo. Un muñeco más para mi colección. Pero ya ves, las vueltas de la vida. Lo invernal y lo tropical mezclados, como tus colores.

Y en el cristal del taxi nadie escribió "que sea cierto el jamás". Yo sólo hubiese pedido (y pido) la eternidad e inmortalidad. La conexión infinita y el infinito infinito (elevado al infinito).

Abril se hizo eterno y nuestro otoño parece que no llega, como si estuviese estancado. Me llaman octubre porque sólo hablo de ti y realmente llevan (co)razón. ¡No sales de mi puto cerebro! Cerebro, bulbo raquídeo, puente de Varolio, hipófisis o donde mierda sea. El caso es que te has establecido aquí cerca y no hay quien te saque. Vuelvo a quejarme, siempre igual. Como si me molestase perder el tiempo pensándote. En realidad todo lo contrario, eres el mejor momento del día.

1 comentario:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=r9rL6xwx5_M El taxista pregunta pa' donde vamos, tú me sigues mirando por la ventana.

    A esto me ha recordado.

    Y es que, para variar, también hemos coincidido en esto. Frágiles.

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