"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

lunes, 23 de julio de 2012

F.

De felicidad. Sólo ves una meta final, aunque esté borrosa. Aunque el camino tenga bifurcaciones. Allí está, lo que quieres. Ahí lo tienes. No corras, simplemente... disfruta.
El sabor agridulce forma para ti de, ¿y qué? ¿No consiste en eso? Tener lo agrio para disfrutar lo dulce. La balanza siempre se decanta por lo bueno (o al menos eso defiendo yo). Podría contar que es el final de una parte de mi vida, una puerta cerrada o podría contar que es el principio de otra parte de mi vida. Sí, el principio. Me gustan más los comienzos, los principi...tos. Olvidemos los finales, olvidemos lo que quedó atrás.

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