"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

martes, 15 de mayo de 2012

La noche más blanca.

Y allí estaba la noche más blanca del año.
Con sus ojos que se clavaban en mí, las huellas que dejaba al pasar. Allí estábamos, por separado. Yo lo esperaba a él y sé que él me esperaba a mí pero en ese entonces ninguno de los dos lo sabía.
Parpadeé y, repentinamente, se esfumó. Como se esfuma el invierno sin darte cuenta, como desaparece aquel 'que sea cierto el jamás' en los cristales empañados.

Y nos fuimos de aquella noche blanca, por separado. Ni siquiera compartimos taxi. Y, en un sólo segundo y sin hablar, te juré que volvería a por ti.


¿Me ves? Estoy aquí.


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