"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Te echo de menos todos los días del año, todos los meses. Te echaré de menos toda mi vida pero no puedo evitar necesitarte en Diciembre, más de lo normal. Será por el ambiente navideño, por la felicidad que existe en el Mundo, por el frío, por la nieve, porque te veía cada 24 de este mes, porque me abrazabas, porque sonreías cuando cruzaba esa puerta, porque te dejaba siempre tu sillón, porque era tu hogar, porque huele a ti. 

El tiempo pesa demasiado supongo y pasa tan rápido... ¿Dónde estás? Me conformo con una noche más, una cena más. Me conformo con verte por última vez mirando por el ventanal. Me conformo con verte por última vez andando por el pasillo para calentarte la leche y comer galletas. Me conformo con un último beso en la mejilla. Sólo pido un puto beso en la mejilla. 
Prométeme que no me vas a olvidar. No puedo ser tan fácil de olvidar. Prométeme que vas a estar siempre, sea donde sea; me da igual. Aunque no te vea, aunque no te tenga. No me olvides, no me olvides, no me olvides...

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