"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Algunas personas dejan de ser importantes, pero nunca se olvidan.

Pienso que es completamente imposible borrar a personas que han sido imprescindibles en nuestra vida. Creo que los grandes amores nunca se superan y que las amistades enormes nunca pasan (incluso cuando el tiempo está en nuestra contra). Sin embargo, la partida de tantas personas crea la llegada de otras nuevas y éstas consiguen que el dolor de la ausencia de nuestros seres queridos desaparezca. Seguiremos pensando en los que no están y los seguiremos echando de menos pero no tendremos ese dolor clavado en el cuerpo, esa espina en el pecho... Todo habrá pasado. 
Aún así tengo claro que nadie es imprescindible aunque creamos que sí.

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