Las personas se van de nuestras vidas dos veces. La primera vez es cuando deciden desaparecer, porque tienen que irse o porque se convierten en seres azules o porque estaban de paso. La segunda vez se van cuando, inevitablemente, empezamos a olvidarlas. Cuando empezamos olvidando su voz, su olor, el tamaño de sus ojos o lo más importante: cuando olvidamos cómo era nuestra vida cuando esa persona estaba aquí. Cuando olvidamos todo esto, entonces (y sólo entonces), se van de verdad y no vuelven.
Y por esto escribo, para que los grandes no se vayan nunca.
He llegado a tu blog. Creo, que tal vez, por demasiada casualidad quien sabe. Lo primero que he visto ha sido fotos y frases de Love of Lesbian y Vetusta Morla a la derecha, y debo decir, que siempre es muy muy agradable encontrarse a Lesbianos por aquí, y mas, si tienen una forma de escribir tan suya y, porque no decirlo, fantástica.
ResponderEliminarNo dudes que me quedo por el blog, y me ha encantado encontrarte.
Espero leerte pronto por aqui.
La vecina ucraniana del ático, se despide.
Hasta pronto.
Marlene.