"«Amor verdadero y grandes aventuras», yo creí en eso en cierta ocasión. Pensé que mi vida iba a seguir esos derroteros. Rogaba porque fuera así. Está claro que no lo fue, pero no creo que todavía existan grandes aventuras. Hoy en día no hay nadie que desenvaine la espada y grite: «Hola, me llamo Íñigo Montoya. ¡Tú mataste a mi padre; disponte a morir!»
Y del amor verdadero también os podéis olvidar. Yo ya no sé si hay algo que quiera de verdad."
La princesa prometida.

sábado, 13 de julio de 2013

Creo que esto habla de héroes y de cosas eternas, pero no me hagáis mucho caso.

Hoy escogería "Cuenta conmigo" como la película de mi vida. Habla de héroes y yo tengo la sensación de que tengo cierta fijación por los héroes, por los que perduran y creo que para ser eterno hay que dejar de ser. "Eso pasa a veces, los amigos entran y salen de nuestras vidas como camareros en un restaurante". 

No sé si me parece que fue ayer o realmente fue ayer. El caso es que estábamos sentadas en sofás y sillones, al rededor de una mesa (no sé qué mesa, no sé qué sofás ni qué sillones pero allí estábamos), hablando del tiempo, de los amores perdidos, de los amores que siempre hemos cambiado con las sábanas, de que alguna vez envejeceremos con alguien, de los próximos veranos, de los conciertos que venían, de Madrid probablemente, de las cenas futuras y de personas que se habían ido de nuestras vidas porque, en fin, estamos siempre yendo y viniendo.  
No sé qué día ocurrió exactamente porque nos reuníamos tanto que he perdido la cuenta y más ahora que no hay reuniones ni quedadas ni fotografías.  
A veces escuece y otras veces pasa sin más, la vida sigue y todos somos prescindibles para todos. Hoy es uno de los días que escuece. A lo mejor porque es verano y habíamos soñado estar en Gran Bretaña o a lo mejor nada tiene que ver, simplemente escuece sin más. ¿Quién me iba a decir que sin mover un dedo iba a quedarme sin noches de verano? ¿Quién nos iba a decir que nos convertiríamos en eternas con tanta facilidad? 
Los gigantes caímos igual que las únicas e inseparables y algunas personas de colores se han desteñido. Qué grandes y qué poco queda. Y ahora hacemos como si nada, como si fuera normal que no queden historias que contar, como si los días raros fueron los que pasaron y todo esto es la vida que queda. Sí, esto es lo que hemos dejado. Pero, ¿sabéis qué duele? Llegar todos los días aquí y encontrarme de frente con fotos y fotos de todo lo que fuimos. Sin separaciones, un bloque, una unidad. Lo que nunca será.  
Y ni siquiera notáis el vacío, ni siquiera tenéis recuerdos nítidos y yo me acuerdo de todo. Y os escribo para que no se pierda la eternidad y para demostrar que los héroes de carne y hueso también pasan a la historia.  
Toda esta carta, nota o texto viene por dos motivos: el primero (y no por ello más importante o tal vez sí) es que no tiréis a la basura vuestros nuevos pilares. Con nuevos pilares me refiero a que no perdáis el nuevo punto de apoyo que habéis encontrado en vuestra vida, no desperdiciéis aquello a lo que os estáis aferrando, por favor. Repito que todos somos prescindibles pero no volváis a perder el equilibrio; el segundo motivo es que no olvidéis. Simplemente  no os olvidéis de todos estos años. Aunque tengáis un mal sabor de boca, aunque no sepáis perdonar, aunque ahora penséis que todo va mejor (y de verdad que espero que os vaya todo siempre mejor), aunque sólo sea por la playa o los viajes o los conciertos o la música o las películas o las cenas o las ferias o los inviernos. No olvidéis nada y no nos olvidéis.  
Aunque pasen cien años siempre nos voy a echar de menos. Siempre. 

3 comentarios:

  1. Primero, para ser eterno no hay que dejar de ser, eso es lo más feo que (te) he leído en mucho tiempo.
    Segundo, ya te expliqué una vez que sí hay personas prescindibles, hasta que se demuestre lo contrario.
    Tercero, y no por ello menos importante, buenos días, que nunca vienen mal y se que si te escribo aquí te llega de momento. (O eso espero) ^^

    ResponderEliminar
  2. Me gustaría saber tu historia, no sé si me explico. Leo todas tus entradas des de que empecé a seguirte en tu blog. Y a veces, me dan ganas de saber más, de saber lo que pasó, y porque todo es así ahora. Supongo que todo lo que se desea, no se puede tener, pero yo seguiré leyéndote.

    Un beso y... ánimo.

    ResponderEliminar
  3. No fue ayer, pero lo cierto es que siempre lo será. "Y ni siquiera notáis el vacío, ni siquiera tenéis recuerdos nítidos y yo me acuerdo de todo." Lo peor de tener buena memoria es que nunca, jamás, olvidas nada y que tienes a las personas demasiado cerca para que dejen de doler y demasiado lejos como para que no duelan. Siempre, siempre, he oído que si escuece es que se está curando pero creo que es un mito, una leyenda como tantas que nos han colado desde que somos apenas unos niños. Esto ya no cuela, porque escuece pero no creo que cure.
    Todo, obviamente todo, pasa porque tiene que pasar pero no estaría de más que algunas cosas no tuviesen que pasar. Así, no pasarían.
    ¿Sabes? Yo he aprendido que los pilares de verdad no se caen. Por mucho que les atice el viento o el tiempo, siempre se mantienen de pie. Nos mantienen de pie.

    ResponderEliminar