"Me tienes harta. Siempre igual. Estás en cada puta esquina por donde no hemos pasado. Y todas las malditas noches apareces, así, tan tranquilo. Como quien no quiere la cosa. ¿En qué quedamos? Desaparece, lárgate. Deja de pensar en mí y así yo dejo de pensar en ti. No, mejor: demuéstrame que realmente no te acuerdas de mí. Que el día del sofá ha desaparecido, que ya no recuerdas nada de aquel «me voy a quedar siempre»
o «no me voy a ir, tranquila». Y ahora me río o me callo y te doy la razón. O todas las veces que hemos admitido que estamos sin estar. ¿Cómo se está sin estar? Yo estoy, ya me ves. Te escribo cada vez que me acuerdo de tu pelo y te describo y te pienso y te hablo sin hablarte y paso por tu portal y me siento y no apareces y me voy antes de que lo hagas. Estoy y lo sabes. Pero tú... siempre tan ausente. Incluso cuando me mirabas, siempre tan ido.
Pero tú siempre igual. Ahí, sin moverte, como si no pasara nada delante de ti. Y yo me creo que cuando me fui tu mundo se paró y dejaste de vivir y. Pero no fue así, claro que no. Qué estupidez. Míranos. Al final ha sido lo que no creíamos que sería. Yo sin mundo y tú con dos. Y me da la sensación de que me has cambiado por alguien mejor, es jodido. Me refiero a eso de que te sustituyan. Y tú crees saberlo pero no tienes ni puta idea. No puedes saberlo, nadie puede sustituirte, es como si... como si fuera imposible superarte o, simplemente, igualarte. Y eso duele. Y no sólo a mí. También le duele a todas esas personas que intentaron ser como tú (y han sido varios). Y, bueno, no te digo cuánto me destroza a mí. Poco a poco. Canción a canción. Necesito que seas menos, que todo sea menos. Y que desaparezcas. Que dejes de existir. Ni una palabra más para ti. Ni una más. Por favor."
JODER
ResponderEliminar...y así...